Descubrí Find a Grave (
www.findagrave.com) a mediados de 2000. Estaba buscando información acerca de la tumba de Jerome Lester Howard (Horwitz), más conocido como Curly, mi favorito de Los Tres Chiflados. Al mismo tiempo pensaba que sería genial que existiera una página web con las tumbas de personajes famosos. Y ahí apareció Find a Grave (FAG), creo que esa primera vez estuve navegando como dos horas seguidas. Lo primero que vi fue que en el apartado Argentina había solo 23 memoriales, casi todos de militares cuasi desconocidos, y eso me produjo tristeza. Me propuse añadir tantas tumbas de argentinos famosos como fuera posible, especialmente de pilotos. Pero había problemas, residiendo fuera de la Argentina (en ese momento vivía en Venezuela) me iba a ser muy difícil investigar y menos aún obtener fotos. Pero, como dice un proverbio chino "un largo viaje comienza con un pequeño paso", así que añadí dos memoriales, el de los hermanos Juan y Oscar Gálvez, aprovechando que poseía fotos de sus respectivas tumbas, sacadas en una de mis visitas al Cementerio de la Chacarita. Ya estaba en FAG el memorial de Juan Manuel Fangio, así que por lo menos ya aparecían los tres pilotos argentinos más grandes de todos los tiempos. Pero ahí me estanqué. Era difícil averiguar acerca de más tumbas, y obtener fotos era casi misión imposible. Un buen día recibí un mail desde Argentina, donde alguien me preguntaba como incluir memoriales en FAG a la vez que me hacía una oferta increíble: Me contaba que tenía ubicadas unas 1000 tumbas de famosos argentinos, y que si uníamos nuestras fuerzas en poco tiempo estaríamos primeros en el ranking de la página. Así fue como conocí a Sergio Orellana. No llegó a cumplir lo de las 1000 tumbas, pero de verdad resultó un magnífico corresponsal investigador. En este momento Argentina tiene en FAG 724 memoriales, y serían muchísimos más si los administradores de la página web no nos rechazaran tantos y tantos que merecen aparecer como "famosos", aparentemente ellos piensan que naciendo en USA u otro país anglófono, ya tienen patente de fama. Y para el resto, caca.
A pesar de esos desencuentros con el staff de la página, el balance ha sido positivo, Sergio ahora anda un poco alejado, ya que piensa casarse próximamente, también tuve la oportunidad de hacer nuevos amigos como Guada, que para colmo vive en el barrio donde yo crecí, Paul, un inglés ex policía que recientemente ha cruzado USA de costa a costa en su moto, Jose, el único a quien tengo el gusto de conocer en persona, ya que vive en Valencia.
También tuve la oportunidad de observar algo importante, que en pleno siglo XXI, la muerte sigue siendo un tabú, no saben la cantidad de insultos que he recibido cuando trataba de averiguar la ubicación de alguna tumba. Muchas veces había negativas, como la hija del famoso inventor Ladislao Biro, quien después de informarme que su padre se hallaba enterrado en Uruguay, muy educadamente añadía un "he visto la página web que me ha indicado y estoy segura que a mi padre no le gustaría aparecer allí". Y eso no es nada con lo que le ha pasado a Sergio, lo han insultado, lo han amenazado, etc. Por ejemplo, está prohibido sacar fotos en el interior del Panteón de la Asociación Argentina de Actores (Chacarita), algo que me parece ridículo, yo no creo que después de una vida dedicada al público, tipos como el Gordo Porcel o el Negro Olmedo no les gustaría que apareciera una foto de su nicho. Pero son las reglas, y hay que respetarlas.
Mucha gente piensa que por investigar acerca de ubicaciones de tumbas, uno es una especie de enfermo. Y no es así, más bien me hace gracia, hay gente que dedica toda una vida a tatuarse todo el cuerpo y nadie dice nada, y uno por preguntar acerca de dónde está enterrado alguien se convierte en un "raro". A mi no me anima ningún morbo, simplemente la curiosidad y la intención que esta gente no sea olvidada, es una suerte de cruel paradoja que después de una vida expuestos a la luz pública, no se sepa siquiera donde se hallan sus restos, como si hubiera una especie de pudor o verguenza por parte de familiares y amigos.
Hace un tiempo, la gente de FAG inventó los cementerios virtuales, una especie de subsecciones donde cada quien organiza sus memoriales de acuerdo a sus criterios personales. Yo me armé dos: El de mis ídolos de la infancia y del de pilotos de automovilismo. Y todavía me quedan muchísimas tumbas por averiguar. Pero esto es así, algún día, yo o algún otro añadirá esos memoriales, y quien sabe si terminarán por añadir el mío.