miércoles, 1 de agosto de 2007

Primero de Agosto de 1981

Ese día fue, ahora lo reconocemos, uno de los más felices de nuestras vidas. Fue el día del acto de graduación de los Bachilleres de la promoción "Homenaje a Aquiles Nazoa" del Liceo "Rafael Urdaneta", de Caracas. Eramos un grupo que se había mantenido casi sin cambios en Cuarto y Quinto años, escogidos por los profesores entre los mejores alumnos. Había estudiantes de al menos siete nacionalidades distintas y en general proveníamos de la zona de San José, donde muchos emigrantes europeos se habían establecido a mediados de siglo. Nuestro profesor guía, Clovis Sánchez, nos había dicho a principios de año que aprovecháramos el tiempo al máximo, que eran los mejores años de nuestras vidas. Y era verdad, en general éramos una pila de ingenuos, hoy en día cualquier niño de 12 años tiene mucha más maldad en el cuerpo que cualquiera de los más "audaces" de ese grupo. La mayoría apuntábamos a ingresar a la Universidad, y en esos años felices, con el dólar anclado en 4,30 bolívares desde hacía por lo menos 15 años uno podía darse el lujo de acceder a cosas que en otros países estaban reservadas a gente de mejor condición social. Pero lo principal, y lo que quiero recordar hoy es que en el grupo había una confianza en el futuro irresistible, que nada ni nadie nos podría parar en nuestras ambiciones y que el título de Bachiller era una varita mágica que nos abriria muchas puertas...


Hoy solo quiero recordar ese momento de felicidad embrigadora, casi diría irresponsable, ya habrá ocasión más adelante de contar lo que pasó después. Solo añado que daría lo que no tengo por volver a sentir algo semejante.

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